me quedo como ese sabor amargo ayer cuando te volvi a ver. el volver sobre el pasado, sobre las enormes lagunas y vacios, una y otra vez. medio en chiste medio en broma, pero siempre ahi. sin escape. sin eleccion diria... pero me la baqueteaste tanto que ya no tiene sentido.
en mi zazen matutino pense, que cuando uno se vuelve mas grande al final termina siendo como los padres, esos personajes para rebelarse en la adolescencia que te dicen que si y que no sin ninguna explicacion coherente (o no). que hay que estar muy alerta para salirse de los prototipos mentales autoimpuestos despues de tanto training retrogrado. parece que a los cuarenta, te volves tu propio padre-madre de tu adolescencia. todo esto porque tal vez hace mucho que no me pasaba que me dijeran como raro o que no queda bien usar un gorrito de snowboard en la ciudad si se me estan congelando las orejas y que me pidan que me lo saque. me hizo acordar que hace unas horas antes cuando entre al hospital donde mi abuela esta internada, mi mama y mi tia se reian de que mi look con delantal blanco parece mas de chica-del-secundario que medica especialista y con postgrado en biologia molecular. claro que ellas no estuvieron conmigo en la guardia de viernes y no pudieron tener la experiencia de arreglarle la vida a alguna gente. menos mal que yo ya no tengo que quedar bien, ni gustarle a todo el mundo, ni comer, tomar, fumar, salir, creer, vivir la realidad como la gente normal vive (?). en TED la presentacion de jill lo explica todo aca